A finales de este mes de septiembre termina “Una ventana abierta a la restauración ecológica”. Este proyecto ha contado con el apoyo de la Convocatoria de Medioambiente de Fundación Montemadrid y CaixaBank para continuar con las actuaciones de estudio e investigación sobre los efectos que la restauración ecológica tiene sobre la biodiversidad en la cantera de La Chanta (Corpa, Madrid), lugar donde se están desarrollando múltiples actuaciones dentro de un proyecto mucho más amplio al auspicio de un acuerdo de custodia firmado entre HOLCIM (propietaria de los terrenos) y BRINZAL.
Ha sido un año cargado de trabajo, que comenzó a principios de octubre del año pasado, durante el cuál hemos ido consiguiendo los principales objetivos marcados al inicio de este proyecto.
Se han llevado a cabo seguimientos estandarizados que permiten observar la evolución en el tiempo de las poblaciones de fauna. Gracias a seguimientos como estos se obtienen diferentes indicadores como riqueza de especies, así como su abundancia, lo cuál nos permite conocer el estado y la evolución de las poblaciones de diferentes especies a lo largo del tiempo. Además, estos datos son muy importantes por contribuir a redes de conocimiento globales, ya que los datos obtenidos en La Chanta forman parte a su vez de diferentes proyectos y plataformas que utilizan datos a gran escala y largo plazo, poniendo de este modo en relevancia y contexto a La Chanta, y no trabajando en ella de forma aislada.
Atendiendo exclusivamente a las poblaciones de aves, es evidente que los humedales juegan un papel fundamental; es en este tipo de hábitat dónde se han registrado el mayor número de especies y las mayores abundancias. Este es uno de los motivos por los que La Chanta ha sido incluida en mayo de 2023 en el Catálogo de Humedales de la Comunidad de Madrid. El humedal principal de La Chanta cuenta con dormideros invernales de gorrión moruno, que ha sumado el pasado invierno una espectacular cifra: 1657 ejemplares. También se forman pequeños dormideros postnupciales de golondrina, avión común y paloma torcaz.
Muy relacionados con la presencia de agua están los anfibios, globalmente amenazados, y de los que se cuentan cuatro especies en La Chanta: sapillo moteado, sapo común, sapo corredor y rana común. Estas cuatro especies son abundantes en La Chanta, donde se reproducen en nichos diferentes. Los censos se llevan a cabo a través del conteo de puestas, transectos nocturnos y conteo de machos cantores. Desgraciadamente, la reproducción en 2023 ha sido muy baja debido a la escasez de agua.
Los odonatos (libélulas y caballitos del diablo), habitualmente utilizados como indicadores de la calidad de las aguas, son abundantes en La Chanta. Se ha trabajado tanto con adultos en zonas de caza y de reproducción como con larvas en el medio acuático, habiéndose identificado 16 especies diferentes que suman un total de 420 ejemplares.
Las mariposas, otro grupo habitualmente utilizado como indicador ambiental debido al grado de especialización de muchas especies, han sido monitorizadas quincenalmente a través de la metodología BMS. La diversidad de especies va en un claro incremento; existen buenas poblaciones de mariposas generalistas como Colias crocea o las dos especies de mariposas de la cola, pero se cuenta ya con lepidópteros especialistas como Zerynthia rumina o Gonepteryx cleopatra.
Las cajas nido repartidas por La Chanta están diseñadas para diferentes especies. El número mayor está compuesto por cajas nido para pequeñas aves. Para la temporada de cría de 2023 se ha dispuesto un total de 50 cajas para paseriformes que han sido colocadas en árboles y revisadas semanalmente de abril a agosto. En total se han ocupado un 86% de ellas, siendo el gorrión chillón la especie que mayor uso ha hecho de ellas. Muy por debajo se sitúan gorriones comunes (de muy reciente colonización) y carboneros comunes.
Durante el seguimiento se ha contabilizado el número de huevos, de pollos nacidos y de pollos volados, habiendo anillado un total de 114 pollos.
En cuanto a los mamíferos, se han instalado 6 cámaras de fototrampeo, que trabajan en una relación porcentual similar en cada tipo de hábitat. Se han identificado 11 especies diferentes entre las que se encuentran el tejón, gato montés, zorro, corzo, garduña, gineta, liebre, conejo, rata de agua, etc.
Para medir la abundancia de conejos se ha utilizado entre otros sistemas la medida trimestral del número de oquedades utilizadas en los vivares artificiales instalados. Los cuatro vivares ocupados instalados en el norte de La Chanta, ya ocupados, muestran una media de 1,25-3 bocas ocupadas en el periodo octubre de 2022-septiembre de 2023. Los cuatro vivares del sur aún no han sido colonizados.
El estudio de los micromamíferos, monitorizados a través de capturas en vivo y suelta posterior tanto en primavera como en otoño, ha arrojado un discreto número de capturas: 11 ejemplares diferentes pertenecientes a 3 especies: ratón de campo, ratón moruno y musaraña gris.
La fauna exótica también ha sido monitorizada, no habiéndose encontrado afortunadamente ningún ejemplar. La monitorización de mamíferos exóticos (mapache, visón americano) se ha llevado a cabo a través de transectos de rastreo (en búsqueda de huellas, restos, heces, etc.), fototrampeo, y trampas flotantes de huellas. La aparición de cangrejos de río o peces se ha monitorizado a través de nasas cebadas durante los meses cálidos.
El proyecto ha contemplado además la instalación de cámaras de monitorización en diferentes localizaciones dentro del espacio restaurado, como herramienta que complemente los seguimientos realizados con diferentes metodologías. Estas cámaras cumplen, además, otra función que es la de difundir los valores naturales de la zona al conjunto de la sociedad a través de plataformas digitales y los beneficios de realizar actuaciones que favorezcan la biodiversidad, incluso tratándose de espacios muy manejados y degradados por la actividad extractiva.
Los vídeos e imágenes captadas por estás cámaras se encuentran disponibles en la página web: https://lachanta.org/galeria-de-video/
Por otro lado, una adecuada labor de divulgación y educación en este espacio, situado en un entorno rural bastante despoblado, puede generar diferentes oportunidades de desarrollo para los habitantes de la zona ya que puede contribuir a dinamizar la economía por medio del turismo ligado a la naturaleza y puede repercutir en la sociedad a través de visitas y uso público del propio espacio. Este ha sido otro de los objetivos clave marcados para este año de trabajo y para llevarlo a cabo se han realizado en la cantera diferentes actividades formativas (cursos y visitas formativas, realización de prácticas universitarias, etc.) y otras de tipo más divulgativo y de sensibilización.
Para dar a conocer el proyecto y las principales actuaciones realizadas en el mismo se ha realizado un vídeo resumen de las actuaciones: Una ventana abierta a la restauración ecológica
Agradecemos desde aquí a Fundación Montemadrid y Caixabank el apoyo que nos han prestado para la realización de este proyecto.